La emergencia energética amenaza el crecimiento económico en medio de un año electoral
Analistas ven con claridad factores estructurales y nuevas oportunidades en la coyuntura actual
Jean Carlos Manzano Giménez
jmanzano@cadena-capriles.com
Potente. Reforzada por la sequía y con el último trimestre como trofeo. Así se presenta a la pelea la crisis eléctrica. En la otra esquina, acostumbrado a esta lucha, alimentado con devaluación y mejores precios del petróleo, está el gasto público.
La batalla se dará en torno a cuál de los dos factores tendrá más peso en el resultado definitivo de la economía nacional este año, es decir, el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
"La crisis eléctrica es uno de los determinantes más importantes este año", señala Pavel Gómez, economista y docente del Iesa.
Varios sectores han expresado desde el recrudecimiento de la crisis de electricidad, a finales del año pasado, que la falta de suministro y los nuevos controles en el sector eléctrico tendrán un impacto inmediato negativo sobre la producción.
"El reto es muy grande para poder superar en el menor tiempo posible el problema energético que el país tiene y así minimizar el impacto que pueda tener en el sector comercio, la manufactura y las finanzas", apunta Víctor Álvarez, ex ministro de industrias básicas.
La dificultad se incrementa porque no solo se trata de hacer crecer la economía, sino de remontar la cuesta de la recesión económica que arrastra el país desde el segundo trimestre del año pasado.
El sector manufacturero cayó 6,4% el año pasado, mientras el comercio, otro componente importante del PIB, registró una baja de 8,3%, ambos datos según cifras oficiales del Banco Central de Venezuela, en comparación con el año 2008.
El otro contendiente también resalta. El gasto público se incrementó 2,3% el año pasado, en contraste con todos los demás componentes del PIB, que mostraron un retroceso.
A pesar de que es un aumento menor al registrado en 2008, cuando fue de 6,7%, el escenario de 2010 es muy distinto, ya que las elecciones le añaden un ánimo gastador al Gobierno.
"Es lo que se ha hecho durante todos estos años. Porque a la hora de la verdad no hemos salido de una elección", asegura Sary Levy, economista y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (Faces) de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
El gasto público "es el motor de la economía desde hace muchos años y ahora que hay más recursos podremos reactivar la economía, estimular el consumo y la inversión", precisa Jesús Faría, economista y asesor de la Asamblea Nacional.
El reto eléctrico
La crisis financiera internacional fue un factor importante en el deterioro económico del año pasado, pero el panorama actual es muy distinto al comienzo del año 2009, cuando los augurios más pesimistas hablaban de una nueva depresión a escala planetaria.
El tema de la crisis se agota en el discurso explicativo sobre las causas de las dificultades económicas del país y la emergencia eléctrica complica la salida del país de la recesión.
"El año hay que verlo por trimestres", señala Gómez, quien se suma al consenso general entre los economistas y el sector oficial de que el primer trimestre de 2010 será negativo.
"En el segundo y tercer trimestre debería verse cierta reactivación por razones eminentemente electorales, pero de nuevo tenemos el tema eléctrico como un lastre que tiene el Gobierno y que va en dirección contraria a sus objetivos", agrega Gómez.
Desde noviembre de 2009, el Gobierno ha tomado una serie de medidas para enfrentar la crisis energética, agravada por la sequía y la falta de inversión en años anteriores.
En apenas tres meses, se creó un ministerio (que ya lleva dos ministros) y un fondo para el sector por $1.000 millones, se emitieron resoluciones con nuevas normas de consumo y se decretó la emergencia eléctrica. También se ha acelerado la instalación de plantas termoeléctricas.
Los efectos de la inestabilidad energética en la economía nacional son considerados como "problemas puntuales" por Faría, quien advierte que "afectará, pero no en los términos tan dramáticos que algunos describen, ni en su magnitud, ni tampoco en el tiempo."
La incorporación de más electricidad al sistema impulsa a ese sector en la medición del PIB, de hecho, en el último trimestre repuntó 5,5%, en comparación con el mismo lapso del año anterior.
Pero su peso en la medición de la economía no le da oportunidad de influir en el resultado total.
"El enorme esfuerzo que se está haciendo por aumentar la energía termoeléctrica va a constituirse en un contrapeso a las otras fuerzas que presionan a la baja el PIB", apunta Álvarez, quien considera que a pesar de la situación de emergencia, "se pueden descubrir oportunidades para la reactivación de la actividad productiva".
El ex ministro propone centrar la atención en los sectores cuyo uso de la electricidad no es tan intensivo, como la actividad agrícola, minera, pesquera y turismo.
"Hay que ver el problema como una oportunidad para crecer y en cierta medida compensar el impacto negativo que pueda tener la crisis eléctrica sobre los sectores que sí hacen un uso intensivo de la electricidad", apunta.
Para lograr esto, dice Álvarez, hay que mirar "más allá de esta visión alarmista" y utilizar los instrumentos de política económica de manera estratégica entre los ministerios.
A gastar para llegar a la Asamblea
En la estructura económica nacional el gasto público, es decir, el consumo del Gobierno, tiene un peso importante al momento de impulsar el crecimiento.
Para Faría, el incremento del gasto público que se espera para este año no es coyuntural y "seguirá profundizando al Estado con un papel protagónico en la economía".
"Hay elementos muy positivos como la recuperación de los precios petroleros, el elevado sostenimiento del gasto público, financiado con esos ingresos, y por supuesto, las medidas que se han adoptado en la modificación del tipo de cambio, precisamente para impulsar el aparato productivo interno", agrega Faría.
Según un cálculo de la consultora Ecoanalítica, la devaluación pone en manos del Gobierno ingresos que oscilan entre 98.000 millones y 103.000 millones de bolívares fuertes.
"Con el ajuste cambiario el Gobierno va a tener suficiente holgura financiera para cubrir las demandas de recursos extra", apunta Álvarez, al tiempo que asegura que la devaluación disolvió la posibilidad de un déficit fiscal.
"Generalmente observamos una política de incremento de gasto público, mas no la inversión. Pero llega el momento en que no hay esa capacidad de compra", advierte Levy.
Para Gómez, el gasto será uno de los factores que va "a empujar a la economía hacia arriba, desde el punto de vista político, por la necesidad de generar una percepción de bienestar alrededor de las elecciones".
El docente del Iesa espera que el incremento se realice con inyección de gasto e impulso del crédito. "El primero alimenta el ingreso, pero se necesita generar mayor crédito de la banca" para impulsar el consumo.
El primer round del combate aún no termina, pero ya se perfila perdido para el crecimiento. Al gasto público le quedan tres trimestres para golpear a la crisis eléctrica. El nocaut no está entre las apuestas.
jmanzano@cadena-capriles.com
Potente. Reforzada por la sequía y con el último trimestre como trofeo. Así se presenta a la pelea la crisis eléctrica. En la otra esquina, acostumbrado a esta lucha, alimentado con devaluación y mejores precios del petróleo, está el gasto público.
La batalla se dará en torno a cuál de los dos factores tendrá más peso en el resultado definitivo de la economía nacional este año, es decir, el Producto Interno Bruto (PIB) del país.
"La crisis eléctrica es uno de los determinantes más importantes este año", señala Pavel Gómez, economista y docente del Iesa.
Varios sectores han expresado desde el recrudecimiento de la crisis de electricidad, a finales del año pasado, que la falta de suministro y los nuevos controles en el sector eléctrico tendrán un impacto inmediato negativo sobre la producción.
"El reto es muy grande para poder superar en el menor tiempo posible el problema energético que el país tiene y así minimizar el impacto que pueda tener en el sector comercio, la manufactura y las finanzas", apunta Víctor Álvarez, ex ministro de industrias básicas.
La dificultad se incrementa porque no solo se trata de hacer crecer la economía, sino de remontar la cuesta de la recesión económica que arrastra el país desde el segundo trimestre del año pasado.
El sector manufacturero cayó 6,4% el año pasado, mientras el comercio, otro componente importante del PIB, registró una baja de 8,3%, ambos datos según cifras oficiales del Banco Central de Venezuela, en comparación con el año 2008.
El otro contendiente también resalta. El gasto público se incrementó 2,3% el año pasado, en contraste con todos los demás componentes del PIB, que mostraron un retroceso.
A pesar de que es un aumento menor al registrado en 2008, cuando fue de 6,7%, el escenario de 2010 es muy distinto, ya que las elecciones le añaden un ánimo gastador al Gobierno.
"Es lo que se ha hecho durante todos estos años. Porque a la hora de la verdad no hemos salido de una elección", asegura Sary Levy, economista y decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (Faces) de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
El gasto público "es el motor de la economía desde hace muchos años y ahora que hay más recursos podremos reactivar la economía, estimular el consumo y la inversión", precisa Jesús Faría, economista y asesor de la Asamblea Nacional.
El reto eléctrico
La crisis financiera internacional fue un factor importante en el deterioro económico del año pasado, pero el panorama actual es muy distinto al comienzo del año 2009, cuando los augurios más pesimistas hablaban de una nueva depresión a escala planetaria.
El tema de la crisis se agota en el discurso explicativo sobre las causas de las dificultades económicas del país y la emergencia eléctrica complica la salida del país de la recesión.
"El año hay que verlo por trimestres", señala Gómez, quien se suma al consenso general entre los economistas y el sector oficial de que el primer trimestre de 2010 será negativo.
"En el segundo y tercer trimestre debería verse cierta reactivación por razones eminentemente electorales, pero de nuevo tenemos el tema eléctrico como un lastre que tiene el Gobierno y que va en dirección contraria a sus objetivos", agrega Gómez.
Desde noviembre de 2009, el Gobierno ha tomado una serie de medidas para enfrentar la crisis energética, agravada por la sequía y la falta de inversión en años anteriores.
En apenas tres meses, se creó un ministerio (que ya lleva dos ministros) y un fondo para el sector por $1.000 millones, se emitieron resoluciones con nuevas normas de consumo y se decretó la emergencia eléctrica. También se ha acelerado la instalación de plantas termoeléctricas.
Los efectos de la inestabilidad energética en la economía nacional son considerados como "problemas puntuales" por Faría, quien advierte que "afectará, pero no en los términos tan dramáticos que algunos describen, ni en su magnitud, ni tampoco en el tiempo."
La incorporación de más electricidad al sistema impulsa a ese sector en la medición del PIB, de hecho, en el último trimestre repuntó 5,5%, en comparación con el mismo lapso del año anterior.
Pero su peso en la medición de la economía no le da oportunidad de influir en el resultado total.
"El enorme esfuerzo que se está haciendo por aumentar la energía termoeléctrica va a constituirse en un contrapeso a las otras fuerzas que presionan a la baja el PIB", apunta Álvarez, quien considera que a pesar de la situación de emergencia, "se pueden descubrir oportunidades para la reactivación de la actividad productiva".
El ex ministro propone centrar la atención en los sectores cuyo uso de la electricidad no es tan intensivo, como la actividad agrícola, minera, pesquera y turismo.
"Hay que ver el problema como una oportunidad para crecer y en cierta medida compensar el impacto negativo que pueda tener la crisis eléctrica sobre los sectores que sí hacen un uso intensivo de la electricidad", apunta.
Para lograr esto, dice Álvarez, hay que mirar "más allá de esta visión alarmista" y utilizar los instrumentos de política económica de manera estratégica entre los ministerios.
A gastar para llegar a la Asamblea
En la estructura económica nacional el gasto público, es decir, el consumo del Gobierno, tiene un peso importante al momento de impulsar el crecimiento.
Para Faría, el incremento del gasto público que se espera para este año no es coyuntural y "seguirá profundizando al Estado con un papel protagónico en la economía".
"Hay elementos muy positivos como la recuperación de los precios petroleros, el elevado sostenimiento del gasto público, financiado con esos ingresos, y por supuesto, las medidas que se han adoptado en la modificación del tipo de cambio, precisamente para impulsar el aparato productivo interno", agrega Faría.
Según un cálculo de la consultora Ecoanalítica, la devaluación pone en manos del Gobierno ingresos que oscilan entre 98.000 millones y 103.000 millones de bolívares fuertes.
"Con el ajuste cambiario el Gobierno va a tener suficiente holgura financiera para cubrir las demandas de recursos extra", apunta Álvarez, al tiempo que asegura que la devaluación disolvió la posibilidad de un déficit fiscal.
"Generalmente observamos una política de incremento de gasto público, mas no la inversión. Pero llega el momento en que no hay esa capacidad de compra", advierte Levy.
Para Gómez, el gasto será uno de los factores que va "a empujar a la economía hacia arriba, desde el punto de vista político, por la necesidad de generar una percepción de bienestar alrededor de las elecciones".
El docente del Iesa espera que el incremento se realice con inyección de gasto e impulso del crédito. "El primero alimenta el ingreso, pero se necesita generar mayor crédito de la banca" para impulsar el consumo.
El primer round del combate aún no termina, pero ya se perfila perdido para el crecimiento. Al gasto público le quedan tres trimestres para golpear a la crisis eléctrica. El nocaut no está entre las apuestas.
Inversión caída
Pavel Gómez advierte que la contracción de la inversión privada afectará el PIB de 2010, lo que según su opinión indica:
1 Tendencia contractiva por segundo año seguido. En 2008 la caída fue de 3,3%.
2"Expectativas negativas de parte de los empresarios privados, dada la caída de precios del petróleo y lo que eso significa en términos de gasto".
3 Intranquilidad entre los inversionistas "por todo el tema de amenazas regulatorias", por la vía legal y de hecho.
4 En el cuarto trimestre de 2009 la caída de la inversión fue de 19,6%, para cerrar el año con una baja de 8,2%.
1 Tendencia contractiva por segundo año seguido. En 2008 la caída fue de 3,3%.
2"Expectativas negativas de parte de los empresarios privados, dada la caída de precios del petróleo y lo que eso significa en términos de gasto".
3 Intranquilidad entre los inversionistas "por todo el tema de amenazas regulatorias", por la vía legal y de hecho.
4 En el cuarto trimestre de 2009 la caída de la inversión fue de 19,6%, para cerrar el año con una baja de 8,2%.
"El consumo se reactiva no sólo a partir del ingreso sino de la posibilidad de financiamiento que tengan los consumidores"
Pavel Gómez
Economista y profesor del Iesa
Pavel Gómez
Economista y profesor del Iesa
"En vez de nacionalizar, el sector público puede abrir empresas, así crea más empleo, competencia y presiona a la baja
los precios"
Sary Levy
Economista y decana de Faces de la UCV
los precios"
Sary Levy
Economista y decana de Faces de la UCV
"Uno mide el rendimiento y el comportamiento de la economía a partir de su impacto en la sociedad, no sólo es crecer por crecer"
Jesús Farías
Economista y asesor de la Asamblea Nacional
"Si se piensa en una verdadera estrategia económica, podríamos estar en un año con una recuperación de 1%"Jesús Farías
Economista y asesor de la Asamblea Nacional
Víctor Álvarez
Economista
EL MUNDO CARACAS, Viernes 5 de Marzo del 2010
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