domingo, 24 de enero de 2010

Un cisne negro llamado Guri

La capacidad real de generación eléctrica del país está entre 16.000 y 17.000 MW

Una de las turbinas de Guri vibra de modo anormal cuando está funcionando (Archivo)

El pasado 17 de agosto, la estación hidroeléctrica Bratsk sufrió un grave accidente. La planta, cuyo nombre oficial es "50 Años del Gran Octubre", está localizada en el segundo nivel del complejo hidroeléctrico en el río Angará, en la provincia rusa centro-oriental de Irkutsk, según se reseña en el sitio web "Caracas Gringo".

Ese día se produjo un incendio en el complejo. "La central cerró inmediatamente y otras plantas del sistema eléctrico ruso recibieron órdenes para elevar su generación de energía eléctrica", afirma Nassim Nicholas Taleb, profesor de Ciencias de la Incertidumbre, en su nota en el sitio web.

Los cuartos de control y la sala de turbinas se inundaron inmediatamente. Otras dos unidades siguieron funcionando bajo el agua durante un minuto, lo que causó cortocircuitos y explosiones que dejaron sin energía la planta hidroeléctrica.

El incidente desencadenó una serie de accidentes, incluidos 76 trabajadores fallecidos. Se desperdigaron en el río 40 toneladas de aceite de transformador, con la matanza de aproximadamente 400 toneladas de truchas.

"La inundación y las explosiones eléctricas causaron daños estructurales de magnitud y se estima que la reparación tardará al menos cuatro años, a un costo de miles de millones de dólares", agrega Taleb.

Una investigación concluyó que la unidad de turbina No. 2 estaba trabajando más allá de su capacidad y presentaba daños estructurales causados por años de escaso mantenimiento y deficiencias técnicas.

El artículo de Taleb vincula esta catástrofe con lo que pudiera ocurrir en Venezuela y cita a funcionarios de Edelca en la represa del Guri. Ellos informaron que la unidad de turbina No. 2, la cual se encontraba en parada de mantenimiento a finales de 2009, vibra de modo anormal cuando está funcionando.

Las fuentes consultadas informan además que el canal de concreto que lleva agua a esta unidad ha sufrido daños estructurales o "perforaciones", lo cual dificulta el control del volumen y del flujo de agua a través de la turbina.

Ésta es apenas una de las siete unidades que se encuentran fuera de servicio en el Guri. La represa cuenta con 20 unidades, para una capacidad combinada de generación de energía eléctrica de 10.000 MW.

El diario regional Correo del Caroní ha publicado que la unidad No. 8 está a punto de reiniciar las operaciones. Sin embargo, las fuentes citadas de Edelca alegan que la insistencia de Corpoelec por acelerar la reparación propicia una situación sumamente peligrosa e insegura en la sala de turbinas.

Según los gerentes de Edelca y de Corpoelec, las demás turbinas que se hallan fuera de operación están en fase de mantenimiento o de reparación y pronto reanudarán las actividades. Sin embargo, los funcionaros en la represa del Guri advierten que estas unidades presentan fallas indeterminadas y los técnicos han tenido problemas para repararlas.

Para complicar más las cosas, una explosión el pasado 20 de octubre en Planta Centro, Puerto Cabello, con una capacidad de generación de 2.000 MW, destruyó totalmente una de las cinco unidades de 400 MW.

Sostiene Taleb que funcionarios de Cadafe que dirigen Planta Centro admitieron que otras tres unidades, con una capacidad combinada de generación de 1.200 MW "son insalvables". Y la única unidad que sigue operando ni siquiera genera 130 MW, lo que significa que está funcionando un 70% por debajo de su capacidad estimada de generación.

El artículo reseña que investigadores de la Disip han sido enviados para que determinen si hubo sabotaje en la explosión. No obstante, gerentes de Cadafe y dirigentes sindicales en Planta Centro lo atribuyen a 10 años sin prácticamente ningún mantenimiento.

Según Corpoelec y el Ministerio de Energía, el país cuenta con una capacidad de generación de 23.000 MW. Aproximadamente 71% es hidroeléctrica y el resto es térmica, principalmente fuel oil y, en menor medida, gas. Sin embargo, la capacidad real está entre 16.000 y 17.000 MW.

Las tres plantas hidroeléctricas en el Bajo Caroní -Guri, Caruachi y Macagua- generan 71% de la energía eléctrica que suple al país; es decir, aproximadamente 11.000 MW de la capacidad efectiva de generación a escala nacional.

En total, unos 7.000 MW se encuentran inoperantes y funcionarios de Corpoelec confirman que al menos 57% de la capacidad instalada no funciona.

"Es imposible determinar si habrá una falla catastrófica en el Guri", apunta el citado artículo. "Si así fuera, Venezuela se sumiría literalmente en el oscurantismo, quizás durante varios años".

Los apagones no serían de seis a 12 horas en promedio, como se presentan en todo el país, a excepción de Caracas, sino que durarían días e incluso semanas, esta vez incluida la capital.

Las actuales operaciones de producción, refinación y exportación en Petróleos de Venezuela resultarían afectadas. "Se detendría gran parte de la producción petrolera del país, lo que cerraría el flujo de divisas sin las cuales no puede sobrevivir el régimen del presidente Hugo Chávez, como tampoco el país", agrega la nota.

El sector petroquímico muy probablemente se vería forzado a detenerse, al igual que las empresas básicas del aluminio y la siderúrgica. La escasez de gasolina se extendería a todo el país, ya que las operaciones de refinación de Pdvsa disminuirían y las estaciones de servicio no tendrían electricidad para trabajar.

Las fábricas privadas tampoco tendrían más alternativa que cerrar y muchas actividades comerciales se reducirían abruptamente. Es probable que la producción agrícola también colapsara.

El sector financiero llegaría a punto muerto. Los puertos, aeropuertos y los servicios de transporte urbano tendrían que disminuir significativamente sus operaciones y hasta cerrar. Basta con imaginarse la congestión vehicular en Caracas y otras ciudades si los semáforos dejan de funcionar. Ni pensar en el congestionamiento en la capital si el Metro suspende sus operaciones.

"Los barrios estarían sumergidos en la penumbra, más de lo que están, con la consiguiente explosión de criminalidad fuera de control", agrega Taleb.

Con la debacle de la actividad económica, se remontaría el desempleo, se agudizaría el desabastecimiento, los precios de la gasolina y de todo lo demás aumentarían exponencialmente, la inflación alcanzaría dos y hasta tres dígitos.

El panorama así planteado en el artículo vislumbra además altísimas cifras de desempleo y mayor delincuencia, y sostiene que también crecería la indignación popular.