martes, 5 de abril de 2011

En Guayana nunca paró el racionamiento



Economía
Martes 05 de Abril de 2011 | 11
TalCual

Economía
EN TOTAL, LA INDUSTRIA USA MIL MW MENOS DE LO QUE LE ERA HABITUAL

Bauxilum, Carbonorca y Ferrominera tienen baja producción y usan menos energía de lo habitual

Con el lago de Guri lleno por cuanto la estación de lluvias se ha extendido siete semanas más de lo usual, el vicepresidente Elías Jaua anunció una semana atrás, durante un extenso apagón en varios estados occidentales, que había un plan de racionamiento eléctrico y lo justificó por el corte del suministro de gas desde Colombia a Termozulia.

Ya antes, el ministro Alí Rodríguez Araque había formulado un llamado en forma de "tanteo" a la opinión pública acerca de la necesidad de un recorte en el consumo por "aumento excesivo de la demanda" de energía.

El gobierno ya ha comenzado a hablar de un "plan de ahorro", de "derroche y consumismo" por parte de la población y de "excesivo crecimiento de la demanda por seguir el modelo capitalista".

Toda esa fraseología parece conducir a un nuevo plan de racionamiento de energía para los próximos meses a pesar de que hoy no existe ninguna sequía como la de finales de 2009 y aunque el suministro de gas desde Colombia a Termozulia se reanudó con sólo 5 días de corte.

Las causas de la insuficiencia de oferta energética ya no pueden atribuirse al fenómeno "El Niño" y ni siquiera a que "las empresas de Guayana gastan demasiada energía" como alguna vez afirmó el presidente Hugo Chávez en una cadena de radio y TV un año atrás.

Ahora no hay "Niño", ni siquiera la sequía normal de la época, Guri está lleno e incluso las industrias de acero y aluminio de Guayana siempre siguieron con un racionamiento de uso de electricidad aun después de que el decreto para el recorte del consumo fuese oficialmente derogado a finales de Junio del año pasado.

El racionamiento sumado de Sidor, Venalum y Alcasa, más cuotas menores de otras empresas, supera los mil MW, aunque en apariencia no hay limitaciones de uso de energía, no existe decreto que los obligue al racionamiento ni hay sanciones.

Guayana sigue pagando con su productividad la falta de inversiones del gobierno nacional en los proyectos termoeléctricos que deben equilibrar la oferta que genera el sistema hidroeléctrico del Caroní, que a su vez tiene algunas limitantes producto de que varias turbinas de Guri están fuera de servicio por las fallas en las inversiones requeridas.

EL CASO SIDOR Aunque a Sidor se le liberó formalmente en junio de la orden de racionamiento hasta por 300 MW de consumo que se le había impuesto desde enero de 2010, en realidad apenas ha podido disponer de entre 450 y 500 MW ya que su capacidad de producción sigue severamente lesionada.

Sidor utilizaba entre 850 MW y 900 MW ­con algunos "picos" de hasta 950 MW­ durante su plenitud productiva en los años 2006 y 2007 justo antes de la estatización. La falta de repuestos, de insumos, equipos e instalaciones dañadas, gerencia ineficientes y otros elementos hacen que "ahorre" cerca de 400 MW a costa de algo más de la mitad de su producción de acero habitual.

En el aluminio es peor, ya que la orden de Miraflores en diciembre de 2009 fue cerrar 400 celdas en Venalum y clausurar las Líneas I y II de Alcasa. Dado que en esas celdas, donde enormes arcos eléctricos se combinan con la alúmina y otros insumos para producir aluminio, se dañan irremisiblemente al ser apagadas, hoy Venalum trabaja con unas 360 celdas menos de sus habituales 900 y por ende su consumo de energía es de unos 350 MW menos.

En Alcasa, además de las líneas I y II ya desmanteladas, el abandono del mantenimiento y las inversiones han dañado cerca de 90 celdas de las líneas III y IV por lo cual su consumo de energía es de unos 170 MW menos.

Las tres empresas suman mil MW de disminución en el uso de energía, pero la cifra de ese "racionamiento" permanente y disfrazado en toda Guayana es mayor, toda vez que también Bauxilum, Carbonorca, las briqueteras, Ferrominera y las pocas empresas privadas que aún subsisten tienen su producción severamente recortada y usan menos energía de lo habitual.

Muchos trabajadores temen que si el gobierno establece un nuevo plan de racionamiento, de nuevo la industria de Guayana pague las consecuencias más de lo que ya se ha hecho "normal".

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