lunes, 1 de marzo de 2010

Es necesario atar política de desarrollo con plan energético de racionamiento

Rezago en el mantenimiento y escasa promoción
del uso racional del recurso produjo crisis de luz
Programa de ahorro es contraproducente en un país acostumbrado a la abundancia, según experto

Gleixys Pastrán C.
gpastran@cadena-capriles.com
Refinerías petroleras, y empresas básicas de producción de acero y aluminio requieren de un desarrollo energético de alta tecnología y con distribución de primera. Es el caso de Venezuela.
No es lo mismo el desgaste energético en un país cuya economía esté basada en una industria de manufactura o de agricultura, que en una economía de empuje netamente básico.
"El modelo de desarrollo pensado para el país debe ser coherente con los planes de energía", sostieneJohann Gathmann especialista y consultor en temas energéticos, y el uso eficiente de la energía.
Gathmann presentó un análisis sobre la materia en un seminario realizado por la Asociación Venezolana de Ejecutivos. Este análisis fue complementado con la intervención, en ese mismo escenario, del profesor de eficiencia energética de la Universidad Simón Bolívar, Armando Meleán.
Coincidieron en que el tema de la crisis eléctrica, no solo en Venezuela sino en el mundo, apunta a un tema político y social, más que económico.
Las estrategias a implementarse, por tanto, deberían estar fundamentadas en políticas de desarrollo del Estado, y programas orientados a crear conciencia en los ciudadanos.
En el caso de Venezuela "el cambio pasa por un reconocimiento sensato del potencial del país: en la medida que tenga menos recursos energéticos más dependerá del extranjero, por ello actualmente se requiere de un plan cuya economía requiera de poca energía", refiere Gathmann.
Hoy en día Venezuela necesita un plan que sea menos costoso para el Estado, pero que también reduzca los niveles de energía "gratis, o robada".
Hasta el año 2007 el porcentaje de energía no facturada llegó a 40%, número que continúa en crecimiento y con el cual no se ha hecho "absolutamente nada", dice Gathmann, para quien es lógico que si realmente el Gobierno quisiera hacer algo por la crisis eléctrica, implementaría planes y políticas para atacar a ese sector de la población.
"En el país existen varios grupos de consumidores: los que pagan lo que les corresponde; los que pagan su consumo, y el de su vecino; los que quieren pagar pero no pueden porque no les facturan la luz; y los que deben pagar pero no lo hacen", señala.
Sin embargo, además del consumo no facturado en el país, "existen graves fallas de mantenimiento en los centros y redes eléctricas nacionales. La manutención eléctrica debe apegarse al plan de desarrollo, es un trabajo que debe hacerse constantemente y a largo plazo", de acuerdo con Gathmann.
El profesor del Instituto de Energía de la Universidad Simón Bolívar, Armando Meleán, expresa similar punto de vista. Dice que luego de que pasan las crisis, los gobiernos se olvidan de lo importante de seguir implementado planes para el crecimiento y mantenimiento del sector eléctrico.
"Lo que sucede es que el mantenimiento planificado es fastidioso, y los gobiernos creen que eso es gastar dinero en algo que no es prioridad. Cuando llega la crisis se dan cuenta que sí lo era", dice Gathmann.
Es un problema social
Atacar la crisis energética pasa primero por un reconocimiento de sus líneas causales. En la década de los 70, por ejemplo, en Venezuela había sobre todo razones económicas para hablar de ahorro eléctrico dadas las condiciones financieras del país para entonces; en los 80 se habló de razones políticas; pero en la década de los 90 el tema cambió a motivos ambientales y sociales.
El efecto invernadero y el calentamiento global tocaron a la sociedad civil, a la responsabilidad social de las grandes industrias y en general a los gobiernos y a las organizaciones internacionales. De hecho, una de las metas del milenio de la ONU se refiere a la garantía de la sustentabilidad del medio ambiente.
Gathmann comenta que la responsabilidad de la crisis eléctrica ahora cae en manos de cada uno de los ciudadanos, pero son los gobiernos los que tienen el deber de promocionar el buen y consciente uso de la energía.
"Los términos de ahorro y racionamiento no dicen nada por sí solos. Para comenzar el ahorro es un término confuso, de un proceso mental complicado. Cuando le dicen a alguien que ahorre, este supone que recibirá un premio, que en un futuro verá la recompensa de lo que guardó; pero, lamentablemente la luz no te la puedes meter en el bolsillo; es etérea, por ello, no hay una comprensión subconciente por parte del consumidor cuando le dicen que tiene que ahorrar luz", analiza Gathman.
En cuanto al término de racionamiento, los gobiernos le hacen creer a los usuarios que con apagar el suiche, el monitor y la luz en su casa por cuatro horas están aportando para contener la crisis eléctrica; pero muchos consumidores, dice el especialista, tienen la sensación de que usan menos luz de lo que realmente necesitan, por lo que no llegan a entender realmente por qué tienen que racionar más.
Este tipo de campaña no se hace efectiva en Venezuela porque "el venezolano está acostumbrado a la abundancia energética, no sabe por qué y para qué usa la energía eléctrica", comenta Gathman.
Cerca de 20% representa el consumo de energía eléctrica en las residencias en Venezuela, pero de ese porcentaje al menos 40% es luz no facturada.
De allí que el primer paso que debe dar el Gobierno nacional tiene que ver con la concientización de la ciudadanía.
Los especialistas consultados hablan del uso racional eficiente, que se refiere a procesos diseñados, lógicos y coherentes, que permiten a las empresas y las residencias entender la importancia de usar tecnología más eficiente, que se mantenga en el largo plazo.
La idea es que las compañías revisen sus procesos continuamente y determinen los beneficios del uso racional de energía, y que el ciudadano comprenda que se trata de un tema social y de beneficio para el medio ambiente y las generaciones futuras.
"Los venezolanos no sabemos por qué y para qué usamos la energía eléctrica"
"Pasamos del tema económico y político, a un problema social y climático"
"Los términos de ahorro y racionamiento no son los más adecuados para enfrentar la crisis"
"A través del Gobierno central y las empresas básicas, el Estado se ha hecho el principal consumidor de energía"
Armando Meleán
Profesor y asesor de Eficiencia Energética del Instituto de Energía de la USB
"El uso racional eficiente se refiere a procesos bien diseñados, lógicos y coherentes en el uso de la energía a largo plazo"
Johann Gathmann
Especialista en el uso racional de la energía.
Deberes formales
1 El Estado debe informar y orientar al usuario en su búsqueda de administrar la energía.
2 El Estado debe diseñar programas coherentes que se mantengan en el tiempo.
3 El Gobierno debe promover el uso racional de la energía.
4 El plan de uso racional de energía debe estar pensado como una petición, no como una exigencia; la luz es un derecho.
5 Gobierno debe crear las condiciones para racionar la energía eléctrica.
Uso de energía:
30,6%
es el porcentaje en el uso de energía eléctrica de la industria en países desarrollados.
33,3%
son los puntos porcentuales de uso de energía en la industria de países sub desarrollados.
10,7%
es el uso de energía en el sector comercial y de servicios en los países desarrollados.
35,7%
es el de uso de energía en las residencia de países en vía de desarrollo.
EL MUNDO CARACAS, Lunes 01 de Marzo del 2010

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