jueves, 7 de enero de 2010

Prendamos la luz

Luis Daniel Álvarez V. //

Venezuela afronta algunas de las horas más oscuras de su historia

No resulta descabellado decir que empezamos el 2010 en medio de las tinieblas, pues a la situación de desánimo general que embarga a la población por la falta de soluciones, se une la imposición de una serie de medidas tendentes "supuestamente" al ahorro de energía.

Entre las medidas está la de regular el horario de centros comerciales, cuyo cierre horas antes provocará que los venezolanos se refugien temprano en sus casas, dejando las calles solas y desiertas, además de generarle cuantiosas pérdidas a comerciantes y trabajadores que aprovechan estos días para conseguir algunos ingresos extras.

Además de esa medida, se decidió terminar de impulsar la colocación y el uso de unos bombillos cuya luz emana tristeza y desasosiego.

Diciembre fue distinto. Mientras urbes latinoamericanas como Bogotá o Medellín se ufanaban e incluso competían entre sí por promocionar sus calles alumbradas, llenas de alegría y felicidad, Caracas se sumía en la más oscura decepción, ya que ni siquiera se percibía el espíritu navideño.

Para muchos, la situación energética no es más que un reflejo de la incompetencia y falta de mantenimiento; por el contrario, otros argumentan que todo esto no es más que una estrategia para cambiar los patrones de conducta del venezolano.

Sea cual sea el motivo, no cabe duda de que Venezuela afronta algunas de las horas más oscuras de su historia. En septiembre, con las elecciones a la Asamblea Nacional, trabajando en un proyecto país en el que independientes y partidos construyan una propuesta a la nación, podemos comenzar a encender la luz de la esperanza; luminosidad que derrotará el color gris que quieren imponernos y que hará que emane la luz de libertad que derrote los tonos lúgubres que pretenden implantar.

luisdalvarezva@hotmail.com

EL UNIVERSAL CARACAS, jueves 07 de enero, 2010

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