La Verdad - José Manuel Sánchez - Maracaibo - 15/01/2010 00:01 15
Nueve carros robados, seis microbuses y cuatro autobuses atracados fue el saldo de la primera noche de racionamiento eléctrico en Maracaibo. Los reportes de choferes de porpuestos despojados de sus vehículos son de las líneas Curva-Rotaria,Torito Fernández y Socorro.
La información la suministró Erasmo Alian, secretario general de la Central Única de Transporte de Zulia, quien calificó la medida gubernamental como el tercer strike del Gobierno contra los transportistas. "A finales de 2009 fue el racionamiento de la gasolina en muchas estaciones de servicio, a principios de año la devaluación del bolívar que encarece todo y ahora el racionamiento de electricidad que deja sin luz muchos sectores de la ciudad. Si antes se hacía difícil trabajar con luz, sin ella es imposible por la inseguridad”.
El dirigente gremial explicó que durante el día y parte de la noche se presentan grandes trancas por la falta de energía eléctrica en los semáforos. Ésto, aunado a la inseguridad que se desborda por la oscurana que reina en las calles de la ciudad con los cortes de luz, obliga a que muchos choferes decidan no prestar el servicio después de las 5.00 de la tarde, sobre todo en las paradas consideradas "zonas rojas" como la Curva de Molina, el centro, parte de la Zona Industrial y la intersección de Milagro Norte con Santa Rosa de Agua.
Cerca de 14 mil 800 vehículos conforman el parque automotor del transporte público de la ciudad. Antes del racionamiento, sólo 25 por ciento salía a trabajar después de las 5.00 de la tarde, pero tras la primera noche del corte eléctrico lo hace menos del 10 por ciento, es decir, que cerca mil 480 unidades deben cubrir las 105 rutas de Maracaibo.
Alian aseguró que desde ayer empezó la convocatoria para una reunión en la que participen todos los presidentes de líneas para pronunciarse en contra de la medida. “Maracaibo es una ciudad tan grande como Caracas por eso debemos exigir la eliminación de esta medida, tal y como se hizo en la capital. De no hacerlo, los transportistas no podremos seguir trabajando después de la 5.00 de la tarde para no arriesgar la vida”.
En la boca del lobo
A las 7.50 de la noche, parado en una esquina de la avenida 12 del casco central de la ciudad, estaba Julio Pirela, chofer de la línea Bella Vista, de 34 años, esperando que el carro se llenara para salir a hacer su recorrido. Era evidente su preocupación. Y no era para menos. Tenía que pasar por Altos de Jalisco y Santa Rosa de Agua, sectores que forman parte de su ruta pero que estaban a oscuras por las medidas de racionamiento eléctrico adoptadas por el Gobierno.
“Todo por allí está oscuro. No funciona el semáforo y lo peor del caso es que esa partecita es peligrosísima. Estoy dejando a los pasajeros y monto rápido a los que están esperando, para luego salir disparao”, señaló el conductor, a la vez que contó que la gente le pide desesperada que los saque del sector rápido porque no quieren estar parados mucho tiempo bajo la penumbra que reina en la avenida".
Casi una hora antes José Vílchez, de 30 años y quien trabaja en una ferretería, hacía el cierre de caja lo más rápido posible para salir antes de que se fuera la luz en Milagro Norte, tal y como se había anunciado. Pero se tomó más tiempo y le agarró el racionamiento.
Luego de esperar 10 minutos en la calle agarró un carrito que lo dejó en la intersección de la bomba, donde no habían carros a pesar de ser la parada de las líneas de El Milagro, Milagro Norte y Bella Vista. Entre lo malo, por lo menos había más personas a la espera de algún carrito que los sacara como fuere de esa oscuridad. “Esto no puede ser posible, voy a tener que hablar con el dueño para los días de corte cerrar el negocio un poco más temprano porque yo no me puedo dar el lujo de pagar un taxi dos veces a la semana para mi casa, en Pomona, aunque de llegarlos a tener no serían muchos los taxistas que se meterían por aquí”.
En la misma situación que este hombre estaban otros marabinos atribulados, mirando para todos los lados, buscando deseperados algún porpuesto y prevenidos ante cualquier atraco. La calle se iluminaba ocasionalmente sólo por las luces de los carros que la transitaban a alta velocidad. El racionamiento eléctrico en la zona no respetó ni el alumbrado público.
Carolina Pérez, auxiliar de Farmacia, por suerte salió lo suficientemente temprano para que no le agarrara el apagón en Altos de Jalisco. Sin embargo, le tocó acompañar a una compañera a agarrar un carrito de Bella Vista. Mientras esperaban entre la penumbrosa esquina fue abordada por el equipo de reporteros de La Verdad que, a pesar de estar identificado, les despertó sobresalto por miedo a ser atracadas. “Estar paradas aquí es un peligro. Yo vivo a pocos metros de aquí y sé cómo es la cosa”.
LA VERDAD. Maracaibo, 15 de Enero del 2010 p.
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