Régimen de racionamiento

- Israel Fernández Amaya /Abogado /fernandezamaya@cantv.net

La fórmula exacta de someter y controlar a una sociedad la han conseguido los dictadores, y concretamente comunistas, a través del racionamiento, tal y como se ensaya en Venezuela, copiando el sistema cubano, continuando las barbaridades jurídicas y de hecho que el régimen ha ejecutado, asesinando la economía, despojando tierras, industrias y presionando de diferentes maneras para ahogar el patrimonio privado, o entregando tales bienes a sus acólitos y testaferros. Se impone como acto inicial del 2010 el racionamiento eléctrico, amparándolo en “forma legal”. Planificada tal actividad en forma minuciosa, la justificación del régimen es el abandono del mantenimiento y actualización de gobiernos anteriores al chavismo. Inmoral explicación después de más de diez años de desidia, despilfarro y corrupción.

Lo cierto es la limitación y racionamiento impuesto a los centros comerciales al establecer horarios de apertura y cierre de los mismos, en franca violación a la Constitución nacional, pues tal medida atenta contra todas las libertades y se desencadena un efecto dominó que persigue el debilitamiento del comercio, industria y la banca. Acelerará el desempleo y dejará al arbitrio del Gobierno cómo arruinar al país con la intensidad que éste desee. Toque de queda del Socialismo del Siglo XXI.

Esta fase del Gobierno exige del país una muestra de valor. La desobediencia civil es el arma única de la cual disponemos y está aún vigente en el artículo 350 de la Constitución nacional. Si este episodio pasa desapercibido, el control y sometimiento social se consolidará y mañana nos dirán cómo y qué comer o vestir, y a dónde ir, pues una nación con un dueño, que se apropió del poder y las riquezas del Estado venezolano, siembra de miseria nuestra patria, calcando el sistema de los Castro, en esa orgía de represión, miedo y silencio, propios de los países esclavizados. Si seguimos doblegados desapareceremos como nación y seremos un apéndice cubano.

LA VERDAD. Maracaibo, 8 de Enero del 2010 Pag. A4